Julio ehinger es el titular de la ADHMHA, una organización que hace casi diez años pide que se resuelvan los casos impunes
"No hacemos más marchas porque los escritos son más efectivos"
:: Lo dijo el presidente de ADHMHA, que con Silvia Ibáñez, madre de una joven asesinada en Jujuy, abrió las jornadas del Congreso de Criminalística realizado en Posadas, contando los errores de los pesquisas en sus casos
Posadas. “En la Asociación ya no hacemos marchas, porque es más efectivo acompañar a cada una de las víctimas en cada presentación judicial y presionar directamente a los jueces y funcionarios para que los casos se resuelvan”, dijo Julio Ehinger (63), presidente de la Asociación de Derechos Humanos Madres e Hijos del Amor (ADHMHA), la que fundó junto a Teresita Boldú y la genetista y entomóloga Daniela Insaurralde, hace casi diez años, mientras los tres pedían justicia por el asesinato de familiares directos en Misiones. Ehinger, cuya hija desapareció hace más de ocho años y nada se sabe de ella aún, fue el encargado de abrir el XI Congreso Nacional de Criminalística y Ciencias Forenses que se realizó entre el jueves y el sábado pasados en el Centro de Convenciones de Posadas.
Como lo hizo ya en 58 congresos de similares temáticas desde que su hija Julieta desapareció, Julio dio el puntapié inicial y habló del caso. Así describió sin tapujos, frente a profesionales de reconocimiento internacional de Argentina, Perú, Paraguay, Chile, Colombia, México, Canadá y Estados Unidos, cada uno de los errores que los peritos e investigadores cometieron en su caso.
En su disertación, no perdió oportunidad de realizar críticas constructivas y dejar un mensaje a los jóvenes estudiantes de criminalística o de policía: “Cuando hagan un trabajo, háganlo responsablemente para que a otro no le pase lo que me pasó a mí”.
Y fue en esta lucha que se encontró con muchas personas en idéntica situación en distintas partes del país. Entre ellas está Silvia Ibáñez, madre de Pamela Ibáñez, quien fue brutalmente asesinada entre enero y febrero de 2007 en San Salvador de Jujuy.
Silvia es comparada en Jujuy con una “gladiadora”, por su incansable fuerza para poder caminar y hacer “panfleteadas” en las peatonales para pedir y exigir Justicia por el terrible asesinato de su hija.
Ella, también como invitada, vino desde la provincia norteña en un maratónico esfuerzo y también contó cómo no investigaron el caso desde el primer momento y cómo después nada hicieron para enmendar los errores.
Sigue pidiendo justicia
La lucha por Justicia parece no terminar nunca y los errores en las investigaciones tampoco. Es por eso que en los ocho años y medio que transcurrieron desde la desaparición de Julieta Ehinger, su padre Julio Ehinger decidió cambiar radicalmente su vida de comerciante de pueblo para recibirse de perito criminalista y asistir, en este tiempo, a 58 congresos sobre investigación policial y judicial. Es que en su caso hicieron todo mal, por lo que hoy en día no se sabe qué pasó con su hija.
“La justicia es tan lenta, más lenta que una tortuga al lado de un león, que Teresita Boldú -madre de Pablo Fraire, asesinado el 25 de noviembre de 2002- falleció antes de ver condenados a los asesinos de su hijo”, dijo Julio Ehinger a El Territorio. La sentencia por la muerte de Pablo fue dictada en 2009.
“Quieren testigos, pero qué se van a acordar los testigos después de nueve años”, se quejó Julio, que puja porque las investigaciones sean cada vez más técnicas, profesionalizadas y rápidas.
En ese sentido, aseguró que con respecto al Congreso, que “fue muy efectivo pero se esperaba más asistencia de la parte policial e investigativa de la Justicia y la Policía de Misiones”.
Cambio de estrategia
Además, comentó a El Territorio que a diferencia de los comienzos de la Asociación, que nuclea a muchos casos aún impunes en Misiones, ADHMHA, “ya no hacemos marchas por las calles, porque ahora es más útil y eficiente acompañar a cada víctima en el seguimiento de los casos, presentar escritos en la justicia, presionar a los funcionarios o reunirse con el Ministro de Gobierno”.
Sin perder más tiempo, el sábado, Julio ya estaba preparando nuevamente las valijas en su pueblo, Capioví, para viajar ayer a Buenos Aires, donde mañana tendrá que disertar en la VI Jornada de actualización de Ciencia Forense y Seguridad en la Recoleta, donde seguirá demostrando su entusiasmo y su profunda sed de justicia.
Otro caso similar en Jujuy
Silvia Ibáñez es conocida en todo Jujuy porque su lucha es incansable. Por eso fue invitada al Congreso de Criminalística, donde presentó el caso de su hija como ejemplo de lo que no se debe hacer en una investigación.
“La justicia hay que hacerla entre todos”, dijo Silvia. Y agregó: “desde 2007 hubo un antes y un después en Jujuy, porque casos que antes eran considerados suicidios por malas investigaciones, hoy se llega al fondo de lo ocurrido y en la asociación, que nuclea a 59 casos impunes, ya se logró que se sepa que en realidad esos suicidios eran homicidios que quisieron ser encubiertos”.
Silvia dijo que en Jujuy tienen un lema que remite a una “memoria activa” durante las caminatas en reclamo de Justicia, que es “Jujeño, no mires hacia otro lado, puedes ser tu”.
La hija de Silvia, Pamela Noemí Ibañez, salió de su domicilio en el barrio Cuyaya, entre las 8.30 y 9 del 16 de enero de 2007. Según sus familiares, había dicho ese día que se dirigía hasta el banco “Macro” de la calle San Martín y Lamadrid, al cual nunca llegó.
“Vine para aprender”
“Yo vine para aprender, porque en el caso de Pamela el error fue desde que desapareció. Cuando fui a denunciar a la Policía me dijeron que tenía que esperar 48 horas y tuve que soportar muchos maltratos y prejuzgamientos, pero ahora son cuatro horas las que se esperan. Y después que me tomaron la denuncia, a los tres días que decían que la buscaban, me fui hacia el Norte de la Provincia y la policía caminera no tenía ni idea del caso y ni siquiera tenían un fax para recibir una foto. Y recién a la semana me pidieron fotos para las comisarías y ni siquiera usaron perros para buscarla”, narró Silvia, con mucho dolor e indignación en sus ojos.
“Luego, el 3 de febrero, un campesino llamó y dijo que vio un cadáver a la vera de la ruta provincial 2 en la localidad de La Almona. Pero la Policía nunca fue a ver si era cierta la denuncia”, recordó Silvia.
“Recién el 10 de febrero, porque el mismo campesino fue hasta la Policía y dijo que el cadáver seguía ahí, levantaron el cuerpo del lugar”, agregó la mujer llegada desde Jujuy.
“No se preservó la escena del crimen, no buscaron en la zona el brazo izquierdo que le faltaba ni sus manos, no hicieron entomología, no recolectaron elementos en la zona y hasta hoy no se sabe qué llamadas hizo desde su celular, ni ella ni su esposo, y tampoco hicieron triangulación de llamadas”, remarcó Silvia.
Y finalizó: “Hasta hoy sigo esperando las pericias y las personas que tendrían que haber venido desde Jujuy a capacitarse, no vinieron”.
El dato
fueron los congresos a los que asistió, mediante un gran esfuerzo, Julio Ehinger, quien pugna por buenas investigaciones.